La educación basada en la Confianza
Día 1
El primer día teníamos la oportunidad de visitar dos centros:
Una escuela infantil, de 0-6 años, Ruokopilli Day Care, de la que os hablaré por referencias de mis compañeros de viaje, ya que acudí a la siguiente. La palabra que sale más a menudo es ¡sencillez! ¿En qué momento hemos perdido esto de vista en nuestras escuelas infantiles? La clave: la gestión emocional del aula.
Una escuela para 12-16 años (nuestra ESO que equivale a a los grados 7-9), Havukosken Koulu, la Comprehensive School. Se trataba de una escuela pequeña en la periferia (en el centro de Helsinki ya no admiten visitas pedagógicas, supongo por la lata que hemos dado en general ha hecho que se cierren a esta posibilidad). El paisaje espectacular. Me llama la atención la entrada a la escuela, un pequeño pasillo nevado lleno de ramificaciones que aquí directamente hubiéramos podado para evitar accidentes (modo ironía on).El ambiente relajado, tranquilo tanto en personas como en escenarios. Espacios abiertos, flexibles, confortables en un entorno como de estar en casa. Durante todo el recorrido veréis que prima el componente emocional frente al académico, de ahí el título de la entrada. De hecho, esta escuela en particular destaca por su proyecto sobre el bienestar del alumnado, una pauta que rige el nuevo currículo finlandés y sobre el que todas las escuelas que hemos visitado planea.
En esta primera escuela ya pudimos ver como prevalecía el contenido competencia lingüístico y artístico, primando el conocimiento del idioma finés como eje central para desarrollar todo lo demás y la creatividad del alumnado para progresar en el ambiente escolar. Y, digo progresar, porque ahora veréis el significado de confianza educativa. Aquí no entienden ni el concepto de suspenso ni de fracaso escolar. Todas las escuelas son públicas e íntegramente financiadas, incluso a nivel tecnológico (el más alto) por el gobierno de manera que todos acuden a la escuela y ni siquiera se plantean, no existe eso de “no querer ir a la escuela”. Los alumnos son enfrentados a un plan de trabajo a realizar, ni mejor, ni peor, simplemente aprender haciendo confiando plenamente en sus capacidades de consecución. Repito, no hay suspensos porque no se califica o valora cuantitativamente el resultado. Y, además, el ambiente del aula es totalmente relajado. Allí hay mesas juntas, alumnos con móviles, charlan, hablan y se autosugestionan perfectamente. Sin embargo, no trabajan en cooperativo (tal y como hacemos aquí con técnicas específicas). Simplemente el alumnado se reúne en torno a una mesa por afinidad, y me refiero a amistad pura y simple, porque cada uno tiene un trabajo individual que llevar a cabo. La autonomía es el primer plato de este viaje educativo!
Cómo la vida misma!- pensé.
Los espacios acompañaban, además de tener una ratios tirando a bajas bajísimas, los pasillos eran parte de la escuela. Con esto me refiero a lo que David Álvarez comenta cuando habla de pasillos de aprendizaje. Lugares informales y elegidos por el alumnado para compartir, para aprender, para estudiar, para crear nuevos conocimientos. Son pasillos amplios y espaciosos, luminosos y con detalles que lo hacen habitable. No hace falta un exceso de decoración, más bien diría que en este caso eran minimalistas al máximo, ni cartulinas, ni trabajos casi expuestos, en general.
Entre estos espacios, se valora aquellos destinados a la supervivencia. Si, tal cual. Muchas veces me he visto sorprendida por nuestros niños por su falta de competencia en cuestiones tan sencillas como abrir la puerta de casa con la llave, simplemente porque nunca la utilizan antes, o tareas del hogar que están hartos de ver en otros pero que nunca ponen en práctica por sí mismos o bien lo hacen dirigidos por otros no por iniciativa propia. Aquí quiere destacar esto último, el hacerlo porque se le indica no demuestra que sepan hacerlo, tiene que salir de ellos y en este punto pecamos por todos lados de incompetencia. Sin embargo, en Finlandia también autogestionan este punto ya que todo ello forma parte de su día a día. Mirad que espacio tienen para aprender a cocinar, planchar, lavar…. ¡os sorprenderíais de las cosas que hemos visto! ¡Niños de 7-8 añitos cosiendo con una Singer para construir juntos su escuela, por ejemplo!
Increíble el espacio destinado a diseñar.
¡Aquí ni de cerca! Auténticas salas de material perfectamente organizado, con tecnología punta, con herramientas de todo tipo a nivel profesional, para crear y crear, para hablar de proyectos (de los de verdad, no los dirigidos por la temática del libro de texto o los intereses de profesorado para seguir un currículo cerrado). Fijaos en el formato, la distribución del espacio, los materiales flexibles, móviles,etc. La tecnología está para usarla.
Integración, actualización y normalización de la tecnología en la escuela. ¡Un sueño hecho realidad!
Y, claro, los profes encantados! Mirad sus claustros como se desarrollan y aunque las comparaciones son odiosas, por favor, ¡comparad!