A winding path: poesía visual en un videojuego de aventuras

A winding path

Diseño y narrativa

A winding path

Dentro de la sección de “juegakos” he querido traer hoy A winding path. Se trata de una aventura dibujada a mano que he querido denominar poética visual por la atención a los pequeños detalles, al estilo narrativo y a la fuerza de la naturaleza en un juego que si fuera más breve sería un haiku.

Hablar de A Winding Path es hablar en primer lugar de sus autores: Christian, Flo y David, componentes de Three Eyed Games. El juego despegó en STEAM e Itchio, pero es ahora cuando se lanza para la Switch gracias a FlynnsArcade. Y no solo lo encontramos en consola portátil, también en español.

Puedes encontrarlo en  Nintendo Switch, y esto es un acierto absoluto como veremos en su jugabilidad.

Se trata de un juego para todos los públicos (PEGI 3) y que sin duda recomiendo a todos por aquello del fluir.

Para los que estáis pendientes de cuánto ocupará en vuestras consolas, el tamaño de descarga es de 194MB. Así que si no tienes hueco, hazlo (ya sabes una SD de memoria, lo arregla todo).

Diseño y narrativa

Si hablamos del diseño, se trata de una aventura en 2D dibujada a mano. Y esto no es una cuestión menor. El uso del 2D lo hace sencillo y lineal en cuanto a jugabilidad. Qué los gráficos sean a lápiz y dibujados a mano provoca un acercamiento con el jugador por ser ese primer instrumento con el que comienzas a descubrir que otros mundos son posibles y representados con tu propia mano.  Si algo tiene este videojuego es lo magníficamente bien que atiende a los detalles, que le dan forma y significado.

 

Quizá, y precisamente por ese concepto artístico del dibujado a mano, algo que he echado en falta es el tamaño de las imágenes. Cuando te adentras en entornos más pequeños parece casi una casa de muñecas que aunque mantiene el encanto vivo, en mi caso me ha faltado algo así como una lupa para verlo todo mucho mejor. ¡No me dirás que no quieres verlo en grande!

Terminando con ese apartado estético donde la percepción es fundamental me ha gustado algo que muestra en el menú de inicio del juego: los filtros. Lo cierto es que he seleccionado uno y he jugado siempre con el mismo pero me queda la duda de si el cambio de tonalidad mejora la experiencia con nuevas oportunidades de interacción o modificando en algo la narrativa.¿Te atreves a jugar y contarme tu experiencia? Yo me he quedado con el de ¡Déjales que coman tarta!

El tema principal trata de explorar el mundo e ir hablando con personajes que te orientan hacia la dirección que debes tomar y donde el efecto medioambiental sobrevuela con la escasez de agua.

A partir del planteamiento del conflicto se desenvuelve toda una aventura fantástica donde veremos trolls, hacedores de lluvia, campeonatos de arco … que nos llevarán por un mundo mágico donde el viento hace su música en lo que me ha parecido un claro recuerdo a la Canción del viento de Zelda no solo por el tema, también por la mecánicas del juego y su estética narrativa.

Lo he llamado poética visual, pero claramente la ficción pasa por diferentes tipos de narrativa. La parte más lineal es la propia de la aventura, pero aparecen en ella personajes fabulescos como el rey rana que provocan esas otras narrativas universales donde la moraleja se deja caer en diferentes momentos del juego y como punto final y épico al mismo.

A nivel estético es excepcional por la propia narrativa, ligera y fluida, las sensaciones que despierta tocando la lira, moviendo el viento, incluso con una simbología que lo completa, como el uso de medios de transporte guiados por las fuerzas de la naturaleza.

Moverse resulta sencillo y el uso del joystick de la Switch resulta muy inmersivo, sobre todo cuando subes o bajas escaleras, casi parece una prolongación de la mano que orienta la dirección. En cada una de las etapas o momentos del viaje se introducen nuevas maneras de interactuar y jugar: el uso del arco, de las norias de agua, de hacer música… que sin duda sorprenden y son gratificantes. El tiro con arco es un minijuego en sí mismo dentro del propio juego.

A medida que exploras el mundo y sus distintos espacios descubres un vecindario variopinto que tanto en la ciudad de Guildhaven como en el bosque o el pueblo requieren de tu ayuda, promoviendo el descubrimiento de pequeñas gotas de rocío que hacen las veces de sistema de recompensas. Y como todo sistema de recompensas, encuentras el propio inventario en el Templo, totalmente acorde al estilo narrativo y formando parte diegética: es un libro dentro del templo. Aquí, además, te da la pista de los logros que tienes o no tienes.

Y como todo juego narrativo debemos acabar con un evento memorable que tiene lugar dejándonos ese poso abstracto y bonito que lo hace legendario. La unidad, el todos a una en el cuidado de la naturaleza, cobra un nuevo sentido en esta aventura donde descubrirás el poder de la naturaleza y cómo nos afecta a todos.

Sus personajes son dignos herederos de las historias medievales, donde aparecen elementos típicos y reconocibles como los arcos y sus flechas, el comercio, las tabernas o tascas… Todos, escenarios enriquecidos por las interacciones sencillas y las conversaciones incluso jocosas con sus habitantes.

Como en toda historia hay héroes y villanos, pero prima principalmente el bien social.

Creo que es un juego que destaca por ser bonito y dulce y eso hace que pueda ser jugador por un público más infantil. Además, no es excesivamente largo, más o menos una hora de juego y no es complicado.

Sus conexiones literarias le aportan un valor extra porque vemos como los videojuegos, por fin, se hacen eco de otros lenguajes donde la narración comparte peso, o incluso se valora más, que las propias acciones. Algunos llaman a esta intersección, literatura experimental y debaten sobre la idea de que el propio videojuego ejecuta esa parte literaria con las acciones y mecánicas que describe. En este caso, creo que A Winding Path hace algo similar intentando jugar a una fábula, que siempre tiene un fin didáctico, pero donde la moraleja es tan global que  tiene personalidad propia.

Sin duda, contribuir con la exploración y el descubrimiento como mecánicas siempre es un plus por ese fomento de la autonomía, de la curiosidad y del seguir aprendiendo para superar todos los obstáculos y si se trata de restaurar el orden natural, creo que todos estamos de acuerdo en que es un muy buen fin.

¡No te olvides poner el volumen que forma parte de la inmersión!

 

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