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Un poco de historia…
La consciencia de la brevedad del tiempo y de la titánica sombra del fracaso
La verdadera máscara de Majora y cuál es el rostro detrás del videojuego
Los colores de la máscara
Los defectos de la máscara
Un poco de historia…
El célebre Ocarina of Time hizo de la saga The Legend of Zelda la verdadera leyenda atemporal en la historia de los videojuegos, a día de hoy recordado por su narrativa épica, el ingenio que se esconde crípticamente entre sus mazmorras, los carismáticos personajes que nos acompañan en el desarrollo de la aventura al son de su banda sonora, que colorea el mundo de la viveza de ésta genuina fantasía.
Estaban las expectativas muy altas en cuánto al sucesor de su grandeza, y llegó a las manos de los admiradores e iniciados en la saga el siguiente juego del que os hablaré: Majora’s Mask.
The Legend of Zelda: Majora’s Mask nos presenta la continuación directa de los sucesos acaecidos en su predecesor Ocarina of Time. Vencido el horror de Ganondorf, preso en el Reino Oscuro por la acción de la princesa Zelda y los sabios, detenido su plan malévolo, el joven Link abandona Hyrule para continuar con sus aventuras, con añoranza de la princesa, aun guardando su recuerdo más preciado: la mágica ocarina del tiempo.
Se adentrará el héroe en un bosque oscuro donde se verá asaltado por una extraña criatura conocida como Skull Kid, en compañía de dos hadas de nombre Taya y Tael, y seguido un veloz forcejeo, el joven héroe perderá su preciada ocarina como a su incansable aliada, la yegua Peona, mientras se verá transformada en un ser conocido como Deku en el proceso.
Buscando recuperar su forma original, conocerá al rato a un hombre que se hace llamar como el Vendedor de Máscaras Felices, y cuyo propósito es recuperar la máscara de Majora que el mismo Skull Kid le robó. Para ello, a cambio de ayudarle a recuperar su estado original, insiste al joven Deku Link en realizar tal y aparentemente sencilla tarea en tres días como límite, pues le urge irse pasado ese plazo, dando ahí comienzo la novedosa aventura, de un joven Link transformado en otro ser distinto a su cuerpo, mientras el rostro de la luna se vuelve más amenazante y nítido a cada segundo… como si estuviera cayéndose del cielo mismo.
La conciencia de la brevedad del tiempo, y de la titánica sombra del fracaso
Esta es la premisa del juego mismo, y posee una de las mecánicas más originales que haya podido encontrar en un videojuego: consiste en recuperar la máscara en menos de tres días, antes de que el Vendedor de Máscaras Felices abandone el lugar.
¿Cómo en tan poco tiempo (pues al jugar verás que las horas vuelan), falto de todo conocimiento, seré capaz de abordar semejante tarea?
Ésta pregunta precede a la primera impresión que produce el videojuego: una extraña confusión y agobio, pues te ves libre en un lugar completamente desconocido en busca de Skull Kid, mientras el día rápidamente hace su curso, la luna se engrandece en el cielo; el tiempo se acaba. Sin embargo, es característico de esta saga su amor por los puzzles que intuitivamente se van desentrañando con prestar la mínima atención.
Poco a poco, uno se empieza a familiarizar con el entorno, con sus personajes y sus rutinas diarias, hasta que el tercer día ésta por finalizar, y el plazo, por acabar.
Decides enfrentarte a Skull Kid en lo alto de la Torre del Reloj, para evitar que la Luna sepulte la Ciudad Reloj bajo sus titánicas dimensiones a la par de recuperar la máscara, pero siendo su poder abrumador, no eres rival para él. Entonces, a la desesperada, y aferrándote al recuerdo preciado de la princesa, comprendes el objetivo del juego al recuperar la ocarina del tiempo: la ‘Canción del tiempo‘ te devolverá al inicio de los tres días, encerrando al jugador en un bucle eterno y constante de sucesos repetidos, concatenados, que desentrañados sus misterios, o resueltos los problemas, serán recompensados con objetos tales como diferentes máscaras (hasta un total de 24 hay para encontrar en el juego); armas como el arco y sus diferentes variedades de flechas, y útiles como la lupa de la verdad o el gancho. Un gran repertorio de herramientas para resolver las intrigas de las maneras más originales o derrotar a monstruosos seres que amenazan con derrotarte y hacerte perder el escaso tiempo.
La verdadera máscara de Majora, y cuál es el rostro detrás del videojuego
Un juego cuya historia principal enmascara la diversidad de temas con los que llega a hacer reflexionar: habla acerca de la soledad, el abandono, el fracaso o la imposibilidad de hacer frente a los infortunios de la vida, llegados como por arte de magia de un duende maligno, la impotencia respecto a ello, y el central de todos ellos, o el más superficial: la amistad.
Una de sus melodías, sobre la que gira en torno el juego, se conoce como la Canción de la Curación, que encierra los males en sus máscaras respectivas; y será de utilidad en ciertos personajes que requieren de nuestra ayuda, pues sus problemas insuperables y el sentido del fracaso será aliviado por esta melodía, aunque el héroe deberá intervenir para restablecer el curso de sus vidas y llevarlas a buen término en la tierra conocida como Términa.
Sigue, en relación con la fantasía épica que caracteriza la saga, conservando ese aspecto: el héroe que afronta los males a lo largo de su historia principal; donde nuestro deber será recurrir a liberar a los cuatro sabios, atrapados en el pantano del Bosque Catarata, en las montañas del Pico Nevado, en el océano de la Gran Bahía y en los desfiladeros del Valle Ikana: los únicos capaces de poner orden ante el caos que trae Skull Kid con la máscara de Majora.
No obstante, este juego comprende más elementos, más heroicidades de otro tipo, donde la espada se enfunda y la mano desnuda se ofrece caritativa a realizar los favores que se nos solicitan (de los que esperad siempre alguna recompensa, incentivando así su realización).
De héroe valiente, a servicial recadero, aunque las armas a veces se desenfunden en estos quehaceres: desde defender a las vacas del rancho Romani ante unos seres alienígenas sedientos de su famosa leche, pasando por atender a los rumores que el clan Bomber cotillea, y que nos obliga a comprobar la veracidad de estos, como por ayudar a unas bailarinas a desarrollar una coreografía para el baile del Carnaval del Tiempo, escuchar los mitos de Términa, la historia del duende y de los cuatro gigantes sin dormirse en el proceso, como por ayudar a una pareja de enamorados a reencontrarse y poder entregarse sus máscaras de boda.
En todo esto entra el analizar el flujo de los días y las acciones de sus personajes, algo inédito en esta saga hasta el momento, pues los juegos anteriormente eran lineales, y a excepción del predecesor Ocarina of Time, en el cuál puedes viajar entre épocas y afectar a ciertos personajes, no había sido llevado a este extremo de ambición y de perfección como en este juego, que lo hace distintivo entre los demás de su categoría.
Todos los eventos se repiten a lo largo de los bucles ininterrumpidamente por factores externos, a salvedad de nuestra propia interacción con los elementos de los alrededores. Qué decidamos hacer puede repercutir en el conjunto de algunos personajes, y llegar a afectar a su desenlace. Por ejemplo, si ayudas a la madre del señor de la tienda de bombas ante el ladrón que pretende robarle descaradamente el saco grande de bombas, podrás obtener este mismo saco de la tienda de bombas y no de la tienda de curiosidades, pero en ello incurres en que Kaifei, un hombre en vistas de desposarse, hechizado de tal manera que regresa a su infancia, atrapado en su cuerpo de niño, jamás verá llegar a ese mismo ladrón que le hurtó su máscara de bodas, y este esperando sin remedio.
Es un juego que te atrapa desde el primer momento, con su atmósfera agobiante y el contador bajando, hasta que llegas a familiarizarte, y los días no suponen ya un problema de tiempo, sino una nueva oportunidad de experimentar una y otra vez el transcurso del juego, además del vínculo que se establecen con los personajes del juego, pues acabas conociendo sus horarios, adonde irán y donde se encuentran en cada momento, y se hacen estos cada vez más familiares, una sutil forma de reforzar el tema principal de la amistad que es la base del juego: esos personajes siempre estarán allí para necesitarte y tú, como jugador, siempre poder ayudarles.
Los colores de la máscara
Solo queda hablar acerca de los colores de la máscara, de su apartado más técnico, en el que seré breve. En cuanto a los gráficos, en la edición del juego de la 3DS (en la que estoy reseñando este juego) lucen adecuadamente, agradables a la vista, y la viveza de los colores, usual en juegos de esta saga, reluce sin parangón. La jugabilidad es impecable, intuitiva de utilizar, además de ser señalada por el propio juego, sin controles complicados de manejar salvo la acción de nadar bajo el agua, que debe uno hacerse a ella con el tiempo, y solo predomina en una zona del juego y poco más, aunque en ocasiones se haga desesperante.
El sonido es limpio, y no tengo más que alabanzas a la banda sonora, que reutiliza clásicas melodías, ya conocidas de anteriores entregas (la ‘Canción del Tiempo’, la ‘Canción de la Tormenta’ entre otras), y novedosas como la anteriormente dicha ‘Canción de la curación’ o la emotiva ‘Oda al Orden’.
Los defectos de la máscara
Si hubiera de encontrarle algún fallo, como ya he comentada anteriormente, insistiría en el sistema de nado con la Máscara Zora, que resulta un poco confuso y es algo irritante utilizar al personaje bajo el agua, y se vuelve frustrante realizar ciertas maniobras con la fluidez que se ha de esperar ante ciertos retos; y además, la mecánica original del juego, el bucle de los tres días.
Esta mecánica obliga a avanzar en el juego con rapidez y celeridad, y la ignorancia a la hora de cómo afrontar retos, o cómo resolver el acertijo y enigma que nos permitirá avanzar se penaliza con volver a empezar ese ciclo, y con ello, todo lo hecho, pues queda desecho: nada permanece tras haber sido realizado, salvo los objetos que uno logra obtener (y solo objetos concretos e indispensables) y ciertos puntos vitales en la historia.
Esto mismo hace repetitivo sobremanera el juego. El tener que repetir todo de nuevo por no ser capaz de resolverlo a la primera (aunque el juego no es excesivamente complicado y tiene propio sistema de pistas exclusivo de la historia principal), y más frustrante se vuelve cuando crees tener la manera de afrontarlo y no lo logras, obligando a repetir otra vez si no logras superarlo en el ciclo de los tres días (sobre todo cuando ciertas tareas están solo disponibles a determinadas horas de determinados días).
Sin embargo, no es un error tan notable, ya que la variedad de cosas por realizar y explorar te permite dejar en suspensión las dificultades del momento para más tarde y aprovechar el tiempo en otras, mientras las anteriores se valoran desde otras perspectivas.
Para terminar, no es de extrañar que la saga The Legend of Zelda sea tan alabada y su impacto en la industria de los videojuegos haya sido tan sonado y celebrado.
Además de la inspiración que transmite a las sucesivas generaciones de creadores, perdurará ésta particular manera de cómo se debe elaborar un videojuego para exceder en todos los aspectos. Sin duda, esta título pasará a la historia como uno de los mejores hitos, y es verdaderamente recomendado a cualquier apasionado de los videojuegos, de las célebres historias de hechos titánicos y hazañas heroicas, como de su opuesto rotundo: narrativas más costumbristas y diarias, centradas en pequeños hechos, en vidas humildes y ajetreadas de la rutina, vacíos de grandeza pero llenos de la emoción que es la vida.
*Este videojuego (PEGI 12) ha sido reseñado atendiendo a la edición de la Nintendo 3DS. Además, puede jugarse en la Nintendo 64, o en su emulador oficial, disponible en la Nintendo Switch, en la tienda online (previamente deberá tener la suscripción a Nintendo Switch Online además de pagar adicionalmente por el paquete de expansión que permite el uso de este emulador).