Los principios difíciles de una bruja inexperta

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La amenaza de mal

Un desafío que requiere de nuestras mejores destrezas

Una maestría a contrarreloj

Un mundo lleno de secretos

 

 

La amenaza de mal

El Mal se ha apoderado de valiosos conocimientos, de la mágica sabiduría que se instruye en la escuela de hechicería, y arruinado las ambiciones de la pequeña bruja Gwen de convertirse en la bruja más poderosa.

A través de ocho lunas, cada una con una característica temática, enfrentarás los diversos enemigos que te obstaculizarán el camino enviados por el terrible Mal, y los jefes finales que reinan sobre todos los mundos, embarcándote en una arriesgada aventura para cumplir el sueño de ser la bruja más poderosa.

Con esta premisa comienza el videojuego “The Legend of Gwen”, en el que se resumen las características que componen a todo tipo de juegos de plataformas, y elaborado con la intención de ofrecer un complicado desafío a la altura de los más expertos jugadores, conocedores y amantes de este género. El juego pretende mostrarnos la clásica fórmula que no falla nunca, la esencia del género, la vieja escuela; trayendo a la memoria videojuegos tales como Crash Bandicoot y en ocasiones alguna reminiscencia a los Super Mario.

 

Un desafío que requiere de nuestras mejores destrezas

Presenta un diseño de niveles elaborado, con enemigos situados estratégicamente, muy a conciencia de ponerle trabas al jugador y dificultar los niveles, un sistema de vidas limitadas en cada nivel, variando estas con cada uno de ellos, y por si fuera poco, la inclusión de un temporizador, una cuenta atrás para terminar el nivel completando los diferentes objetivos que el jugador puede alcanzar: las estrellas dispersas por el mapa, de obligatoria recolección para superar el nivel, los cofres, cuya manera de obtener los tesoros que guardan implica atender a los alrededores en busca de la diana que los abre, así como eliminar a los enemigos del nivel; obteniendo todos estos objetivos sería completar el nivel al 100%.

Para obtener las estrellas, basta desempolvar nuestras habilidades y superar con precisos saltos y movimientos los obstáculos; entre tanto, derrotar a los enemigos que estorban nos ayudará en obtener el segundo objetivo, y para los niveles que incluyen cofre, encontrar las maneras de abrirlo y obtener su tesoro.

Es un juego que puede resultar algo repetitivo por la simplicidad que caracterizar al género de plataformas en esencia, aunque el diseño de los niveles ayuda a atenuar esta sensación un poco.

En especial, hay que destacar los cuartos niveles de los mundos, que emplean una diferente mecánica, basados en completarse mediante la utilización de unos poderes especiales que solo están disponibles en esos niveles.

Más adelante, estos poderes podrán ser utilizados en los combates contra los jefes finales, donde su inclusión es completamente arbitraria, puesto que realmente no se enfoca el combate en la utilización de estos poderes como forma de superarlo, y son más una ayuda que puede causar confusión al jugador a la hora de afrontar el desafío.

Aun así, los poderes son un soplo de aire fresco al juego, aunque dada su reducida utilización, acaban siendo desaprovechadas con todo el potencial que poseen, y un uso más extendido en los niveles sería un gran acierto.

Hablando del sistema de combate de enemigos, reutiliza el clásico salto sobre algunos enemigos como método para acabar con ellos, además del uso de una varita mágica como método de ataque a distancia, cuya lentitud tanto al apuntado como el disparo efectuado en comparación con los enemigos la relega como principal método de acabar con aquellos, incluso haciéndose preferible evitar lidiar con los enemigos a ser posible (pues hay enemigos que no puedes derrotar saltándoles, o están a una distancia lejana para ser posible la opción).

 

Una maestría a contrarreloj

La inclusión del temporizador agiliza los niveles, pero se ve comprometida por otra mecánica del juego. Me refiero a lo que ocurre al perder una vida: el personaje reaparece dentro del nivel donde lo hubo comenzado, teniendo que repetir el camino ya recorrido con antelación, superando otra vez plataformas que fueron superadas, atendiendo al tiempo que no para de correr, y que, si quedan escasos segundos, resulte en imposible completar el nivel.

Si a esto le sumamos la dificultad de acabar con los enemigos empleando la varita mágica y no el salto (pues en ciertos enemigos no es posible saltar, como los fantasmas), ocurrirá, más frecuentemente que no, muertes del jugador, y recomenzar ese nivel desde el principio, desplazándose el juego de su vertiente difícil a unos terrenos de frustración que no llegan a recompensar al jugador por su habilidad, pues todo lo hecho queda deshecho.

No obstante, existe la posibilidad de comprar checkpoint mágico en los niveles, pero su precio es lo suficientemente caro para que en los primeros mundos no puedas utilizarlo.

Sin embargo, el temporizador es una de las características que más desarrolla la habilidad en el jugador, forzado a entenderse y manejar diestramente las mecánicas para avanzar, resultando en un rápido aprendizaje que va creciendo con la curva de dificultad.

 

Un mundo lleno de secretos

Por cuanto he dicho, pudiera parecer que el juego no ofrece ayudas, y no es cierto. El sistema de la cámara es una de las mejores ayudas del juego, así como de las mecánicas incluidas.

Se nos permite modificar el ángulo de observar el nivel, de manera que podemos rotar la cámara en cuatro posiciones ancladas, y visionar tanto la totalidad del nivel desde diferentes ángulos, como preparar los saltos y no realizarlos con incertidumbre, encontrar los enemigos que nos disparan, y la ventaja más interesante, es que, tal y como están diseñados varias niveles, desplazar la cámara supone fundamental para encontrar secretos ocultos a simple vista, uno de los grandes aciertos que vuelve el juego más interesante.

En los gráficos predomina el colorido y la sencillez; los mundos están salpicados de colores agradables, los enemigos y personajes tienen un diseño simple, pero muy característico y que es seña de identidad. La música es relativamente calmada, resulta en algunas ocasiones más animada, aunque inspira generalmente tranquilidad, creando un ambiente de serenidad, ayudando a la concentración del jugador.

Concluyendo, The Legend of Gwen es un juego que ofrece muchas horas dada su dificultad, que los amantes de las plataformas y de los retos pueden encontrarle el gusto.

 

 

 

 

 

 

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